Nos reunimos en su oficina de la calle General Bustamante; en una sala de reuniones.
Me deja en claro que su real experiencia con el Estado, es con el proyecto Escritorio Empresa de Corfo.
Aparte, está acostumbrado a escuchar malos comentarios de trabajar con el Estado.
Con dolor me confiesa que desafíos geniales del estado, terminan en manos equivocadas. Se refiere a grandes empresa, que por sus espaldas y poder de negociación, se adjudican proyectos, que al ir bajando en el escalafón, terminan a cargo de personas enfocadas en el negocio, faltos de pasión, e incluso ignorantes de muchos temas técnicos relevantes.
Ricardo es una persona positiva y alegre. Sus juicios tienen más bien en tono de tristeza que de enojo. No es reproche la emoción desde la que habla, es frustración en buena.
Ricardo es parte de una empresa en donde quieren realmente ser agentes de cambio y con pasión por la tecnología. Echa de menos más de este espíritu en todas partes.
Considera que el gobierno aun no conoce el potencial de las empresas pequeñas de este país.
Quizás lo que permeé la escena es la emoción del miedo del funcionario público, que sabe que si elige a un proveedor grande y prestigiado, si las cosas fallan la culpa irá al proveedor. En cambio si elige a la empresa pequeña, no tan conocida, si las cosas fallan, él será el culpable.
Reflexiona que los grandes proyectos adjudicados por el Estado, conllevan grandes Contratos, verdaderos libros, que firmados se constituyen en los gobernantes y enrejado de toda la relación del proyecto. Lo que viene después, y esto lo saben hacer bien las grandes empresas, es la permanente pugna por las modificación a lo escrito en el Contrato y el consiguiente cobro de sobreprecios a lo pactado originalmente.
Es una buena y quizás necesaria estrategia de grandes empresas, para adjudicarse los Contratos del estado a bajos precios, para después subirlos por esta vía.
Si hubiera más confianza en la relación, entre Estado y proveedores de tecnología, podríamos trabajar codo a codo con el Estado, pensando más enfocados en el usuario final para poder entender, diferir, prototipar y validar, de manera que lo que vayamos a desarrollar, esté lo suficientemente validado en la cancha y no guiarnos en documentos de definiciones escritas por unas pocas personas que creen que ciertas cosas deberían funcionar simplemente por que sí.
El proceso de descubrimiento de ideas, análisis de necesidades o simplemente desarrollos, requieren de flexibilidad, tanto para incorporar nuevos procesos o tecnologías que vayan surgiendo, como apreciaciones del terreno.
La rigidez de esta forma gobernada por mamotretos contractuales, perjudica mucho los buenos resultados.
Por eso, considera Ricardo, hace falta barrer fuera las emociones del miedo y la desconfianza, conocer más las partes y trabajar, de verdad tras el bien para el ciudadano, apasionados por la tecnología y el cambio que se quiere llevar a cabo.
Y para terminar, la burocracia estatal. El Estado necesita fluidizar sus procesos. Los tiempos que toma cada cosa, son excesivos y las Pymes no resisten las demoras en las generación de ordenes de compra o pagos.
Incluso, en Continuum se preocupan de que las personas se sientan cuidadas, valoradas, bien pagadas, para que su pasión y foco esté en el trabajo y no en inquietudes que a la larga pueden desconcentrar a cualquiera.
Tener al personal del Estado, masivamente a Honorarios o con Contratos anuales, aparte de remuneraciones por debajo del sector privado, no favorece el disponer de todo el potencial de las personas, que rápidamente se desmotivan y enredan en la chimuchina.
El Estado necesita modernizarse, no solo metiéndole más tecnología. Necesita preocuparse del bienestar y cuidado de su gente en el largo plazo.
Tenemos mucho por hacer.
Blog de diálogos sobre la tecnología y el Estado
Aquí conversamos acerca de como la tecnología cambia la relación entre los ciudadanos y el Estado
martes, 25 de abril de 2017
jueves, 20 de abril de 2017
Conversación con Helmut Montalva de WildNet Group
Conocí a Helmut cuando ocupaba el cargo de Gerente de Informática del IPS (Instituto de Previsión Social).
Luego me lo encuentro como proveedor del proyecto Escritorio Empresa de Corfo.
Me entero además que tiene una vasta experiencia prestándole servicios a varias instituciones del Estado.
Este Ingeniero Civil Industrial de la Central e Ingeniero Informático de la UC de Valparaíso, trabajó en Sonda y en el Banco de Chile. Fue además Gerente del Centro de Cómputos del Servicio Electoral, con un rol relevante en las elecciones Municipales y Presidenciales, mientras ocupaba ese cargo.
Por eso cuando se trata de hablar de Tecnología y el Estado, es un interlocutor válido.
Cuando le introduzco el tema que nos ocupa, inmediatamente distingue dos prismas diferentes:
Un tema delicado, son los sistemas Legacy. Se trata de los grandes sistemas, construidos por alguna administración pasada, a veces distante en el tiempo, que funcionan sobre tecnologías ya obsoletas en muchos casos, y sobre máquinas también, muchas veces, muy antiguas. Y lo peor, es que anda tu a preguntar por los programas fuentes, de muchos de estos sistemas Legacy, y doy fe, porque me ha tocado, que nadie sabe de ellos. No te digo, los problemas y dolores de cabeza que estos escenarios pueden ocasionar.
Helmut es de corazón muy sensible al tema social del aporte de los sistemas en que trabaja.
Tiene claro el concepto de cliente-ciudadano, que no es en sentido de cliente en un mercado, ni siquiera de beneficiario, sino de persona con derechos. Y aquí lo central es la calidad del servicio.
Con gusto destaca como lo han venido haciendo instituciones del Estado como la Tesorería General del La República, el SII, Aduanas.
Me dice que no dará ejemplos de mala calidad de servicio, porque, dice, la gente es muy sensible.
Es consciente que un mal servicio, de una institución del Estado, podría incluso afectar la estabilidad del país. Lo dice él, que estuvo a cargo de los sistemas eleccionarios.
Recordando cuando intervine como Coach en su gerencia de TI del IPS, que sin dejar de valorar el compromiso y dedicación de su equipo de trabajo, coincidimos en que en algunos casos no era el personal idóneo, profesionalmente hablando, para los cargos. Lo que pasa me señaló, es que en el Estado, los sindicatos son muy fuertes, por un lado. Y por otro, la cantidad de funcionarios de una institución pública, está fijada por ley. Y para mayor abundamiento, todo ese personal, estaba a Contrata, que significa que estaban contratados a un año plazo y dichos contratos debían renovarse año a año. Y si no, estaban a Honorarios.
Es difícil seducir a profesionales que están en el sector privado a trabajar al Estado en esas condiciones, cuando en el sector privado están obligados a operar (por leyes del Estado) con Contratos que se encuentran regidos por el código del trabajo.
Y para rematar, el nivel de sueldos. por ejemplo, de un SubDirector de Informática de una institución pública, debe estar ganando unos 4,5 millones de pesos líquidos mensuales. Un gerente de Informática de una gran empresa, como un banco grande, 9 millones de pesos líquidos. El doble; esa es más o menos la relación.
Difícil, no?
Agrégale a esto, el hecho que los más altos cargos del ámbito tecnológico del Estado, entran y salen con cada gobierno. Los responsables de todo el asunto, entran y salen. No podemos entonces hablar de accountability o responsabilidad, en estas condiciones.
Bottom line: se hace difícil la gobernabilidad tecnológica masiva a nivel de las instituciones del Estado.
Te agrego otro elemento. Cuando estaba en la gerencia de TI del IPS, otras gerencias mandaban a hacer sus aplicaciones, en forma independiente del área Informática. Podían hacerlo; TI no tenía rango de SubDirección, como para tener el poder de impedirlo.
Sabe que, en el SII, TI sí tiene el rango de SubDirección. Y así en otras pocas más.
Me señala una forma fácil para medir el peso tecnológico de una institución: es por el número de los Sistemas de Información con sus de líneas de código ejecutándose en Ambiente Productivo. Desde ese parámetro, el IPS era equivalente a un banco de buen tamaño.
No es fácil trabajar en el Estado. Estamos en un entorno complejo, donde estas expuesto al escrutinio público. Y como lo que financia todo el quehacer es dinero de todos los chilenos, si cometes errores y/o malgastas, estás expuesto a sumarios y penas no menores.
Para realmente producir una mejora, primero se debe reconocer (estar consciente de ello) que tenemos algo que corresponde corregir y/o mejorar. Aunque en el Estado, los problemas no pueden verse tan simplemente como oportunidades de mejora. Ya que, si alguien hizo mal algo en el pasado, se debe investigar y con ello todo se complejiza.
Cuando le pregunto por el CIO del Estado, este rol que ocupa una persona alojada en el Ministerio de la Secretaria General de la Presidencia. Me dice que fija lineamientos generales. Pero que cada institución es autónoma. Igual se han hecho cosas importantes, como la PISEE (Plataforma de Integración de Servicios Electrónicos el Estado), que facilita el traspaso de información entre instituciones del Estado; que es obligatorio de usar.
Recuerdo a Andrés Bustamante, que ocupó ese cargo de CIO del Gobierno y al que conocí personalmente en un evento Red Hat, donde me sorprendió que profesionalmente fuera un psicólogo.
Me entero además que tiene una vasta experiencia prestándole servicios a varias instituciones del Estado.
Este Ingeniero Civil Industrial de la Central e Ingeniero Informático de la UC de Valparaíso, trabajó en Sonda y en el Banco de Chile. Fue además Gerente del Centro de Cómputos del Servicio Electoral, con un rol relevante en las elecciones Municipales y Presidenciales, mientras ocupaba ese cargo.
Por eso cuando se trata de hablar de Tecnología y el Estado, es un interlocutor válido.
Cuando le introduzco el tema que nos ocupa, inmediatamente distingue dos prismas diferentes:
- La perspectiva Social, que tiene que ver con su deseo de generar un impacto, en lo que llama el cliente-ciudadano
- La gobernabilidad del ámbito TI de las instituciones del Estado, que considera es un problema no menor.
Un tema delicado, son los sistemas Legacy. Se trata de los grandes sistemas, construidos por alguna administración pasada, a veces distante en el tiempo, que funcionan sobre tecnologías ya obsoletas en muchos casos, y sobre máquinas también, muchas veces, muy antiguas. Y lo peor, es que anda tu a preguntar por los programas fuentes, de muchos de estos sistemas Legacy, y doy fe, porque me ha tocado, que nadie sabe de ellos. No te digo, los problemas y dolores de cabeza que estos escenarios pueden ocasionar.
Helmut es de corazón muy sensible al tema social del aporte de los sistemas en que trabaja.
Tiene claro el concepto de cliente-ciudadano, que no es en sentido de cliente en un mercado, ni siquiera de beneficiario, sino de persona con derechos. Y aquí lo central es la calidad del servicio.
Con gusto destaca como lo han venido haciendo instituciones del Estado como la Tesorería General del La República, el SII, Aduanas.
Me dice que no dará ejemplos de mala calidad de servicio, porque, dice, la gente es muy sensible.
Es consciente que un mal servicio, de una institución del Estado, podría incluso afectar la estabilidad del país. Lo dice él, que estuvo a cargo de los sistemas eleccionarios.
Recordando cuando intervine como Coach en su gerencia de TI del IPS, que sin dejar de valorar el compromiso y dedicación de su equipo de trabajo, coincidimos en que en algunos casos no era el personal idóneo, profesionalmente hablando, para los cargos. Lo que pasa me señaló, es que en el Estado, los sindicatos son muy fuertes, por un lado. Y por otro, la cantidad de funcionarios de una institución pública, está fijada por ley. Y para mayor abundamiento, todo ese personal, estaba a Contrata, que significa que estaban contratados a un año plazo y dichos contratos debían renovarse año a año. Y si no, estaban a Honorarios.
Es difícil seducir a profesionales que están en el sector privado a trabajar al Estado en esas condiciones, cuando en el sector privado están obligados a operar (por leyes del Estado) con Contratos que se encuentran regidos por el código del trabajo.
Y para rematar, el nivel de sueldos. por ejemplo, de un SubDirector de Informática de una institución pública, debe estar ganando unos 4,5 millones de pesos líquidos mensuales. Un gerente de Informática de una gran empresa, como un banco grande, 9 millones de pesos líquidos. El doble; esa es más o menos la relación.
Difícil, no?
Agrégale a esto, el hecho que los más altos cargos del ámbito tecnológico del Estado, entran y salen con cada gobierno. Los responsables de todo el asunto, entran y salen. No podemos entonces hablar de accountability o responsabilidad, en estas condiciones.
Bottom line: se hace difícil la gobernabilidad tecnológica masiva a nivel de las instituciones del Estado.
Te agrego otro elemento. Cuando estaba en la gerencia de TI del IPS, otras gerencias mandaban a hacer sus aplicaciones, en forma independiente del área Informática. Podían hacerlo; TI no tenía rango de SubDirección, como para tener el poder de impedirlo.
Sabe que, en el SII, TI sí tiene el rango de SubDirección. Y así en otras pocas más.
Me señala una forma fácil para medir el peso tecnológico de una institución: es por el número de los Sistemas de Información con sus de líneas de código ejecutándose en Ambiente Productivo. Desde ese parámetro, el IPS era equivalente a un banco de buen tamaño.
No es fácil trabajar en el Estado. Estamos en un entorno complejo, donde estas expuesto al escrutinio público. Y como lo que financia todo el quehacer es dinero de todos los chilenos, si cometes errores y/o malgastas, estás expuesto a sumarios y penas no menores.
Para realmente producir una mejora, primero se debe reconocer (estar consciente de ello) que tenemos algo que corresponde corregir y/o mejorar. Aunque en el Estado, los problemas no pueden verse tan simplemente como oportunidades de mejora. Ya que, si alguien hizo mal algo en el pasado, se debe investigar y con ello todo se complejiza.
Cuando le pregunto por el CIO del Estado, este rol que ocupa una persona alojada en el Ministerio de la Secretaria General de la Presidencia. Me dice que fija lineamientos generales. Pero que cada institución es autónoma. Igual se han hecho cosas importantes, como la PISEE (Plataforma de Integración de Servicios Electrónicos el Estado), que facilita el traspaso de información entre instituciones del Estado; que es obligatorio de usar.
Recuerdo a Andrés Bustamante, que ocupó ese cargo de CIO del Gobierno y al que conocí personalmente en un evento Red Hat, donde me sorprendió que profesionalmente fuera un psicólogo.
lunes, 10 de abril de 2017
Primera conversación con Guillermo Muñoz de Escritorio Empresa de Corfo
Nos fuimos a conversar a un cowork del Banco Santander llamado Work Café, en la calle Bombero Ossa.
No lo conocía y me pareció notable; algo nuevo, bien montado, con guardias a la entrada, buen servicio y cómodos asientos donde conversar.
Bueno, esta idea de hacer un blog, donde conversar acerca de cómo la tecnología está cambiando la relación entre los ciudadanos y el Estado, fue tuya, le dije a Guillermo.
Y yo le agrego que el formato, debiese ser el del diálogo, más que el de la entrevista, donde alguien hace las preguntas y el otro responde. Y esto en la línea del los nuevos "TED dialogues" de TED, donde buscan nuevas formas de comunicación, preocupados, pues tienen el juicio de que ya nadie escucha a nadie.
Guillermo lidera el proyecto Escritorio Empresa que opera en Corfo, mandatado por el Ministerio de Economía, que busca proveer de una ventanilla única digital donde progresivamente se integren los trámites entre el ciudadano empresario y el Estado. Y a la pasada optimizar los procesos, eliminando o automatizando algunos pasos.
Me dice que ese proyecto, apunta directamente a usar la tecnología para cambiar la relación entre los ciudadanos y el Estado.
Y agrega, que ese proyecto está modificando las relaciones entre las instituciones del Estado, unas con otras.
Habla aquí de interoperabilidad entre los actores, cada uno con su rol y aportando datos e información.
Por ejemplo, qué son los certificados ? Son datos o información que una institución posee de un ciudadano y que esta entrega en un papel o en un certificado digital que lo certifica, habitualmente para que otra institución del Estado lo utilice para otro trámite.
Bueno, según la nueva ley 19.880 de procedimientos administrativos, con el manejo digital de los trámites entre ciudadanos y el Estado, cada vez que se requiera ese dato o información que otra institución dispone, es la misma aplicación Escritorio Empresa,la que lo va a buscar, en forma digital, automática y transparente para el usuario.
Ello reduce significativamente los tiempos y costos de tramitar con el Estado.
Otro aspecto significativo que ya empieza a vislumbrar con el proyecto Escritorio Empresa de Corfo, es que al integrar servicios entre instituciones, se puede seguir su trazabilidad y detectar los cuellos de botella. Con esa información es posible y mucho más fácil, mejorar la eficiencia del Estado.
Por todas estas cosas podemos hablar que la tecnología conlleva lo que llamamos la modernización del Estado.
Guillermo me comparte, que el anhelo de realizar todas estas mejoras o modernizaciones del Estado, es lo que hace que quiera permanecer en este proyecto.
Viven un momento crítico, en el último año de este gobierno, en que pretenden dejar un paquete redondo, fácil de utilizar por el ciudadano, con un buen volumen de transacciones o trámites ejecutados, de manera que el siguiente gobierno, cualquiera sea su color político, quiera y decida continuarlo.
Igual piensa que la idea es ineludible para cualquier gobierno, así que en el largo plazo, todo esto que soñamos, debiera ocurrir.
No quiere dejar de decir que todo lo que han hecho se cristalizó sobre lo realizado por otras personas anteriormente.
Considera que hace falta una agencia más empoderada (algunos países lo tienen implementado a nivel de un ministerio) que centralice todas las acciones de modernización del Estado a través de la tecnología.
Finalmente, señala que la tecnología es un habilitador de posibilidades, y que será la actitud de las personas las que permitirán en definitiva que ello se transforme en realidad.
Si queremos de verdad modernizar el Estado, señala Guillermo, debemos partir por hacer ajustes culturales.
Por eso le da enorme importancia a la gestión de recursos humanos a nivel de las instituciones del Estado. Ello con el objeto de mejorar la calidad del servicio, pensando en primer lugar, en el usuario final, en la persona del ciudadano.
Y no en los procedimientos, que así como están las cosas, los funcionarios viven en un miedo permanente al sumario, por cualquier desajuste a las reglas.
Pero, para que ello ocurra, Guillermo estima que se requieren acuerdos políticos transversales ya que cambiar la lógica cultural del Estado no es tarea fácil; el desafío es cómo se pone en el centro del quehacer de los funcionarios públicos la preocupación por las necesidades de los ciudadanos, sin perder el control en el uso de los recursos de todos los chilenos.
No lo conocía y me pareció notable; algo nuevo, bien montado, con guardias a la entrada, buen servicio y cómodos asientos donde conversar.
Bueno, esta idea de hacer un blog, donde conversar acerca de cómo la tecnología está cambiando la relación entre los ciudadanos y el Estado, fue tuya, le dije a Guillermo.
Y yo le agrego que el formato, debiese ser el del diálogo, más que el de la entrevista, donde alguien hace las preguntas y el otro responde. Y esto en la línea del los nuevos "TED dialogues" de TED, donde buscan nuevas formas de comunicación, preocupados, pues tienen el juicio de que ya nadie escucha a nadie.
Me dice que ese proyecto, apunta directamente a usar la tecnología para cambiar la relación entre los ciudadanos y el Estado.
Y agrega, que ese proyecto está modificando las relaciones entre las instituciones del Estado, unas con otras.
Habla aquí de interoperabilidad entre los actores, cada uno con su rol y aportando datos e información.
Por ejemplo, qué son los certificados ? Son datos o información que una institución posee de un ciudadano y que esta entrega en un papel o en un certificado digital que lo certifica, habitualmente para que otra institución del Estado lo utilice para otro trámite.
Bueno, según la nueva ley 19.880 de procedimientos administrativos, con el manejo digital de los trámites entre ciudadanos y el Estado, cada vez que se requiera ese dato o información que otra institución dispone, es la misma aplicación Escritorio Empresa,la que lo va a buscar, en forma digital, automática y transparente para el usuario.
Ello reduce significativamente los tiempos y costos de tramitar con el Estado.
Otro aspecto significativo que ya empieza a vislumbrar con el proyecto Escritorio Empresa de Corfo, es que al integrar servicios entre instituciones, se puede seguir su trazabilidad y detectar los cuellos de botella. Con esa información es posible y mucho más fácil, mejorar la eficiencia del Estado.
Por todas estas cosas podemos hablar que la tecnología conlleva lo que llamamos la modernización del Estado.
Guillermo me comparte, que el anhelo de realizar todas estas mejoras o modernizaciones del Estado, es lo que hace que quiera permanecer en este proyecto.
Viven un momento crítico, en el último año de este gobierno, en que pretenden dejar un paquete redondo, fácil de utilizar por el ciudadano, con un buen volumen de transacciones o trámites ejecutados, de manera que el siguiente gobierno, cualquiera sea su color político, quiera y decida continuarlo.
Igual piensa que la idea es ineludible para cualquier gobierno, así que en el largo plazo, todo esto que soñamos, debiera ocurrir.
construyendo puentes |
Considera que hace falta una agencia más empoderada (algunos países lo tienen implementado a nivel de un ministerio) que centralice todas las acciones de modernización del Estado a través de la tecnología.
Finalmente, señala que la tecnología es un habilitador de posibilidades, y que será la actitud de las personas las que permitirán en definitiva que ello se transforme en realidad.
Si queremos de verdad modernizar el Estado, señala Guillermo, debemos partir por hacer ajustes culturales.
Por eso le da enorme importancia a la gestión de recursos humanos a nivel de las instituciones del Estado. Ello con el objeto de mejorar la calidad del servicio, pensando en primer lugar, en el usuario final, en la persona del ciudadano.
Y no en los procedimientos, que así como están las cosas, los funcionarios viven en un miedo permanente al sumario, por cualquier desajuste a las reglas.
Pero, para que ello ocurra, Guillermo estima que se requieren acuerdos políticos transversales ya que cambiar la lógica cultural del Estado no es tarea fácil; el desafío es cómo se pone en el centro del quehacer de los funcionarios públicos la preocupación por las necesidades de los ciudadanos, sin perder el control en el uso de los recursos de todos los chilenos.
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